El día del Pilar. Un año más.

Ayer amaneció el día entre horquillas y puntillas, con ese nerviosismo de los días grandes. Más de 250.000 almas cargadas con sus claveles, entre chocolate con churros y bocatas de longaniza (de Graus of course) con un cielo amenazante de lluvia y plagado de globos de Dora la exploradora y Bob esponja y una sonrisa en la cara esperando entre una y dos horas para construir un gran manto colorido a los pies de la virgen. Todo un símbolo.


Puedo apostar a que ninguna de esas 250.000 personas estaban celebrando el genocidio de los pueblos indígenas americanos y que muchos de ellos no están invadidos por un fervor religioso especialmente arraigado. Pero ahí están. Cumpliendo con una tradición un año más, a veces difícil de entender para alguien que lo ve desde fuera pero un acto hermoso.




Una especie de carnaval de Venecia a lo maño a mitad de camino entre la exaltación del traje regional y el jamón de Teruel. Con pañuelos anudados a la cabeza (ellos) en rosas imposibles y faldas y corpiños (ellas) en una explosión de colorido imposible. Un acto de identidad de un pueblo (el aragonés) y de una ciudad (Zaragoza) que lo representa y lo define. 



No creo que sean necesarias explicaciones. Todas las tradiciones tienen un puntito irracional y se me apuras hasta casposillo. Que más da que sea el chupinazo, la ofrenda, la Diada o la fiesta de la patata en Alemania. Se trata de ese sentimiento de pertenencia al grupo, a un pueblo. Algo que se siente o no se siente y que nadie tiene derecho a juzgar porque está arraigado en el subconsciente colectivo de los pueblos y nos reconcilia con nuestro pasado y presente como grupo especial y diferenciado del resto.

Asi que ¡viva la Virgen del Pilar! Y dejemos de marear ya con argumentos en contra de una celebración que resultan más rancios y trasnochados aun que los relicarios de algunos trajes y el salve Regina, mater misericordiae.



Comentarios

  1. Me encanta, pero q polifacético eres, fotografia, escritura, vamos, un artista

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  2. Me encanta, pero q polifacético eres, fotografia, escritura, vamos, un artista

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  3. Es curioso, ya me habían contado por medio de un amigo, que precisamente mañana a tan sólo unas horas cumplirá pronto años, lo cual le deseo lo mejor de esta fiesta. Pero visionar desde el parco de mi casa, cerca del ordenador, el lugar y sus gentes, así como digerir una buena prosa es un regalo al lector. No obstante, después de leerte, comparto contigo lo dicho sobre el fervor religioso. Eso se puede extrapolar también a la romería del Rocio o incluso a la Semana Santa. No obstante, el ambiente siempre está servido y las ganas de disfrute persiste años tras años.

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