El reencuentro
Con los nervios agazapados en el vientre y aparcando el miedo a los abrazos y los besos, me sorprende un ejército de sonrisas al descubierto que vuelan libres, como mariposas, plantándole cara al mal fario de estos momentos vividos, raros y extraños.
El tiempo vuela y ha ido pasando, cubriéndonos de nostalgias y arrancándonos mordiscos de esperanzas, pero ahí seguimos, con la alegría intacta, disfrutando de nuestros pequeños momentos, emocionándonos sin que haya viento del sur o del norte que nos enfríe las ganas de vivir.
Mientras desaparecen las cervezas y la comida, como si el hambre y la sed de vernos y tocarnos se hubiesen trasformado en un hambre y sed físicas e insaciables, vamos maldiciendo entre dientes por los momentos perdidos, recuperando el recuerdo de las risas compartidas y rescatando nuestras locuras del olvido.
Hace mucho tiempo que renunciamos a ser perfectos, incluso a intentarlo. Nos basta con tenernos los unos a los otros con nuestra mochila de defectos, nuestras diferencias y ese respeto que nos ha hecho permanecer unidos desde hace ya tanto tiempo.
Sonamos terriblemente desafinados, en el nuevo y flamante aparato de karaoke de Txus pero no nos importa y seguimos berreando: ella, incombustible, nosotros, unos a regañadientes otros con más entusiasmo que oficio.
De pronto un viento mágico sacude las nubes y el follaje, el cielo se enciende con un relámpago y el estruendo del trueno nos mete en un aguacero del que nos refugiamos entre risas. Tampoco nos importa.
Seguimos bebiendo, cantando riendo,..... y al final, deja de llover. El cielo se viste de gala, las nubes están preciosas con una diadema de arcoíris y los tilos húmedos emborrachan el ambiente con su aroma. Me descalzo y siento el cosquilleo fresco de la hierba bajo mis pies. Todo es perfecto en ese instante y lo guardo en mi cajita de supervivencia para uso en esos otros momentos battery low.
Es bonito estar aquí sentados unos frente a otros, en el sin sentido de perder el sentido (esta vez no se llegó a tanto); viajando juntos de la mano al km 0 de nuestros sentimientos y retomando el viaje donde lo dejamos, con un pasado que ya no resta, caminando sin grises y levantando la mirada para descubrir que la pieza que nos faltaba, por fin, la hemos recuperado.
Garde, te has vuelto a superar👏👏👏
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