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Mostrando entradas de noviembre, 2024

El Monstruo del río

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Desde que tengo memoria, siempre existió su leyenda. El monstruo del río pertenece a una de esas  razas antiguas y poderosas, anterior a que ningún ser humano pisase estas  tierras. Vive en su cueva grande y húmeda, custodiando un tesoro milenario. Es un excelente nadador, al que le gusta bucear en los pozos más profundos del rio, junto al puente, sorteando los remolinos, donde siempre nos dijeron que era peligroso acercarse. Posee una piel cubierta de escamas plateadas  que se endurecen con los siglos y le hacen inmune a cualquier tipo de proyectil. Es astuto, inteligente, con los sentidos agudizados y siempre alerta, lo que le permite  detectar incluso seres invisibles y escuchar hasta el más mínimo sonido en kilómetros a la  redonda. Aunque no suele ser violento, puede atacar con su aliento mortífero y escupir veneno al que es i nmune; o pateando con sus garras, dando dentelladas con sus colmillos o fuertes golpes con su enorme cola poderosa. Con su poderoso aliento, controla los vi

Leyendas de mi pueblo: La seña Pichiricha.

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Pues sí, amigos, en Marcilla también hubo una bruja, o al menos eso me conto mi madre, que tampoco es que fuese mucho de fiar en lo que se refiere a contar historias. A mí me engañaba una sí y otra también. Como cuando a punto de parir la Rabalera, nuestra yegua percherón para los trabajos en el campo, le pregunté: - Mama, ¿Por dónde nace el potro? Y ella, por no entrar en materia, considerando que aún no era el momento, que por entonces, había una edad para todo, desde llevar pantalones largos a conocer ciertos entresijos anatómicos, me contestó: - Por la oreja. Y allí que me dejó en silencio y con un tole tole de cómo coño podía un potro abrirse camino desde la tripa a la oreja y por cual de ellas saldría ¿la derecha o la izquierda?.  El caso es que, en una de esas tardes, entre la cena y antes de irme a dormir enterrado  bajo una docena de mantas y con una bolsa de agua caliente en los pies (la calefacción  era una entelequia en aquellos tiempos, como los móviles o la televisión de