Garrapinillos. Crónica negra de un colmillo de mamut

Mariano, Lleva años trabajando en la gravera Zamoray de Garrapinillos. L a gravilla avanza sobre la cinta transportadora, como siempre, pero esa tarde, algo llamó su atención. Para la maquinaria y se hace un silencio profundo, como si el mundo se detuviese y allí, erguido con un extraño resplandor blanquecino, esta el colmillo de mamut, rasgando el azul del cielo del atardecer, como un tótem ritual, liberando la furia de todos los dioses antiguos. Después, comenzaron las pesadillas. Una y otra vez el colmillo penetrando en los cuerpos desechos sin vida de sus víctimas como un sacrificio sangriento y antiguo. Aquel colmillo se había convertido en su obsesión hasta terminar tatuándoselo sobre su tobillo izquierdo, ensangrentado como en sus pesadillas. Fue por aquel entonces, cuando, como una plaga bíblica, comenzaron a llegar los americanos por los alrededores de la base y con ellos sus excesos, las peleas, borrachera...