María la tonta y Carmen la lista

Llegan hasta mí dos noticias acerca de cosas olvidadas que se niegan a desaparecer como hojas muertas arrastradas por el viento: Toda la tristeza del cielo cae sobre la calavera agujereada de María Domingo junto a su peineta destrozada tras años de olvido mientras lejos de allí, el corazón de piedra de la pequeña pila bautismal de Frumales llora olvidada en el fondo del jardín del pazo de Meiras ahora desierto. Dos noticias, Dos mujeres, dos actitudes diferentes, la de María y la de Carmen, frente a la sociedad que les tocó vivir. María Dominguez nació en 1882 entre el olor a trigo de las eras y el sudor de los labradores, en Pozuelo de Aragón, un pueblecito del Campo de Borja, en una familia de jornaleros analfabetos Sus pequeños dedos infantiles tuvieron que aprender pronto a respigar en los campos y recoger el fruto de vides y olivares mientras que en sus ratos libres, a la luz de la lumbre, con la ayuda de esos mismos dedos ennegrecidos por el sol y el trabajo, del...